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El Castillo de Kochi, el único que es verdadero

¿Qué no sabías que Japón también es tierra de castillos?… Pues sí, tal vez no tengan altas torres de homenaje y almenas o rastrillos, pero sirvieron a las mismas funciones defensivas y aunque algunos incendios han acabado con las estructuras más antiguas de muchos de ellos siguen siendo símbolo del feudalismo japonés, una época en dónde quien mandaba no era el emperador sino el shogun.

Bien, que otro bello ejemplo de castillos nipones lo encontramos en la capital de la prefectura de Shikoku, la ciudad de Kochi, un sitio rodeado de mar y montañas como es usual en muchas ciudades japoneses. Este edificio fue construido por encargo de Lord Yamauchi Katsutoyo en 1601 y durante el período de la Restauración Meiji la ciudad fue el centro de las ideas pre imperiales.

La construcción duró una década completa pero como suele suceder un par de voraces incendios obligaron a varias reconstrucciones en en 1700 y la definitiva de 1948 a 1959 le dio la forma y aspecto que vemos hoy en día.

Sí, es muy similar al castillo de Osaka o al de Nagoya, pero todos los castillos japoneses lo son.

Este en particular tiene la ventaja de no haber sido destruido durante la Segunda Guerra Mundial, ya que en Kochi no se libró ninguna batalla. Así que es una muy buena oportunidad para ver un verdadero castillo y no una replica de concreto. Dentro del círculo de defensa del castillo todo se conserva y eso lo convierte en una joya arquitectónica antigua, tanto que ya es considerado un Tesoro Nacional.

Pero… ¿cómo es?. Bien, os cuento que las aguas del foso provienen de los ríos Kagami y Enokuchi, que su torre es alta y permite ver toda la ciudad y se alza sobre el kaitokukan (palacio) que ha sido construido en un estilo propio del período Edo. Tiene una sala de té, letrinas y ocho salas tradicionales con tatamis.

No hay que alejarse de la ciudad para llegar a él ya que está en el mismo centro, a escasos metros de la zona comercial. Sí es necesario sacarse los zapatos para entrar (pero a estas alturas estamos ya acostumbrados), podemos recorrerlo, visitar el museo y trepar hasta las habitaciones superiores y hasta la misma torre. Este castillo no tiene elevador así que hay que estar en forma.

Sus jardines hoy son públicos, así que al final del recorrido podemos comprar algo para comer y descansar allí, a la sombra del Castillo de Kochi.