Los bonsái, el arte de la naturaleza en miniatura

bonsai

¿Te gustan los bonsái? ¿Has visto uno en vivo y en directo? Son una maravilla, pequeña sí, pero maravilla al fin. La palabra bonsái es un vocablo japonés cuya traducción literal sería bon= bandeja, y sai= naturaleza.

Se trata de cultivar árboles y plantas diversas sin dejar que crezcan a su tamaño natural, reduciendo éste mediante una serie de técnicas de jardinería cuyo resultado final son esas joyas verdes que vemos en pequeñas macetas.

Este arte, porque sin dudas lo es, no es originario de Japón sino de China y tiene alrededor de dos mil años. Nació de la mano de los monjes taoístas y como todo arte estuvo circunscrito a la clase religiosa y noble pues la gente común que debía trabajar en los campos no tenía tiempo para esos placeres que relacionaban estos arboles en miniatura con la eternidad y lo divino.

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Hace ocho siglos aproximadamente el arte del bonsái cruzó el océano y pasó a Japón. Hasta la Segunda Guerra Mundial todavía sobrevivían especímenes medievales pero los incendios producidos por los constantes bombardeos acabaron con ellos. ¿Pero cómo se logra que un árbol que debería crecer metros y metros quede atrapado en una maceta pequeña? Bueno, no hay magia en el proceso sino paciencia y técnicas: trasplantes, pinzados, alambrados y una poda constante.

Hilando todavía más fino uno podría decir que tampoco son árboles en miniatura sino partes de un árbol que con cuidados especiales se asemejan al árbol completo. Por supuesto hay distintos estilos y aunque preferentemente conviene cultivarlos al aire libre hay algunas especies especiales para mantenerse puertas adentro. Así, hay distintos estilos de bonsáis: bunjin, neagari, fukinagashi, han kengai, kengai, shakan, moyogui y chokkan e incluso se los clasifica también por tamaño: omono, chumono, komono, shohin, mame y shito o keshitsubo.

En todo el mundo hay bonsáis y es como que se ha vuelto moda últimamente dedicarse con paciencia a este arte, pero no hace falta irse a Japón para poder disfrutar de su contemplación. En Argentina hay muchos en el Jardín Japonés de Buenos Aires, también hay en Colombia, Venezuela y Ecuador y por supuesto, en España hay exhibiciones en Cataluña, Andalucía y Madrid, en el Jardín Botánico, por ejemplo.

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Categorias: Cultura


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