Hiroshima Peace Memorial, un homenaje histórico
La ciudad de Hiroshima está a 700 km de Tokio y en tren bala o Shinkansen se llega a ella en apenas 5 horas. Es la capital de la prefectura del mismo nombre y sus tierras son muy llanas, apenas están sobre el nivel de las cercanas aguas. Uno puede pensar que habiendo sido objeto de muchos bombardeos, atómico incluido, la ciudad conserva espacios de esa época pero en realidad no. Sólo queda un enorme parque que recuerda aquel horror porque el resto de la ciudad ha renacido como el ave fénix y no hay nada en sus calles que recuerde que una vez, en minutos nada más, allí no quedó nada.
El Peace Memorial Museum es una zona a la se puede llegar en bus o caminando desde la estación que está enclavada en la ciudad. A pie no es un paseo muy rápido pero sirve para ir viendo la dinámica de Hiroshima y además, es emocionante cuando uno se va acercando al parque y los edificios comienzan a quedar atrás.
La zona reúne varios puntos, una de las únicas construcciones que la bomba atómica dejó en pie, un edificio municipal para la promoción de la industria regional con cúpula a la vera de un canal (la postal común), distintos monumentos, una flama eterna, la famosa Campana de la Paz y la estatua de Sadako, una niña que murió a consecuencia de la radiación tiempo después de la bomba. Son en total 56 los puntos que podemos recorrer, aunque los más clásicos son este edificio que quedó en pie, la estatua de Sadako, la flama y el museo.
El museo en sí es un enorme edificio que forma parte del diseño arquitectónico del parque en simetría con la flama eterna que está encendida en memoria de los muertos. Dentro podremos asistir a distintas salas en un recorrido entre el antes, el durante y el después de la caída de la bomba realmente emotivo. A medida que avanzamos según lo indicado nos vamos adentrando en la historia japonesa, su participación en la Segunda Guerra Mundial, los bombardeos aliados, la invasión rusa y los minutos previos a la caída de la bomba.
En la primera sala hay una enorme reproducción de la ciudad y después hay salas especiales con objetos retorcidos por la explosión que se han recuperado de los escombros. Cada objeto tiene su propia historia: un uniforme sin dueño, un triciclo quemado, fotografías y hasta frascos que conservan los tumores que debieron soportar los sobrevivientes. Sí, es muy triste y no somos la misma persona después de salir de allí.
Por otro lado, hay tiendas dónde comprar libros y láminas y una sala alargada con sillones y pantallas para ver información en vídeo. La entrada es mínima, unos 50 yenes los adultos, y el museo abre todos los días de 8:30 am a 18:00 pm. Japón es una tierra de contrastes e Hiroshima es otro ejemplo pues se alza moderna y nueva después de ser la primera ciudad en la historia de la Humanidad en sufrir una explosión atómica.

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La belleza del lugar y de su gente es realmente conmovedora. Un lugar donde se siente la paz y el respeto en el aire. Inolvidable experiencia…