Asakusa y el Templo Sensoji

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La primera vez que estuve en Japón no visité el distrito de Asakusa, ¡qué tonta!. Pero resarcí el error la segunda vez así que os cuento que es una visita propia de Tokyo que no os podéis perder. En principio porque el sitio está realmente a mano desde cualquier rincón de la ciudad. Y en segundo lugar porque podéis pedir deseos y según los japoneses… estos se cumplen. ¡Y eso nunca viene mal!

Para llegar solo hay que tomar el metro y al salir, cruzar un mercado, el mercado de Nakamize (como si eso fuera a molestarnos, ¿no es verdad?). Podemos ver qué tipo de comida venden en los puesto y recordar los precios para regresar a la salida del templo y comer algo o comprar los sourvenirs típicos japoneses: yukatas, quimonos, juguetes, sombrillas, etc.

Cuando termina el mercado vemos el enorme templo de Sensoji, un templo budista que es el más grande, importante y antiguo de la ciudad capital. Tiene 1.400 años y una larga historia.

La leyenda dice que la construcción del templo se debe a la aparición de una estatua de la diosa Kannon a orillas del río Sumida. Al mejor estilo de las vírgenes que se niegan a moverse de lugar y por eso construyen iglesias y basílicas, esta diosa insistía en aparecer ante dos pescadores así que se construyó el templo. Durante la Segunda Guerra Mundial Tokyo fue muy bombardeada y casi el 100% de sus edificios se destruyeron por acción del las bombas y el fuego, así que éste templo (como tantos templos más y castillos diseminados por el país) no es el original, sino una hábil reconstrucción.

Pero bien, que allí los japoneses tienen la costumbre de orar y quemar incienso en unos hornos para después pasarse las cenizas por la cabeza, y además fuera del templo escriben en tabletas de madera llamadas “ema”, sus deseos. Las insertan en un hilo y las cuelgan de una especie de puestos especiales. Hay decenas de ellas, miles podría decir, y los deseos son de los más variopintos, ¿pero cuáles no son así?: curas de enfermedades, trabajos nuevos, novios, sexo y muchas nimiedades.

El templo Sensoji está abierto todo el día y la entrada es gratuita. Si viajáis en agosto a Japón os recomiendo que averigüéis cuándo se realiza el festival de samba que tiene lugar allí. Sí, de samba. Brasil tiene una colonia de japoneses muy importante en San Pablo y hay muchos que han regresado al país de sus ancestros en busca de trabajo y futuro, así que han traído el baile brasilero y realmente es muy extraño ver a las mujeres japonesas vestidas como si estuvieran en el carnaval de Río de Janeiro.

Foto vía: Agomago

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Categorias: Tokyo


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