El Periodo Kamakura

Periodo Kamakura

La era conocida como Periodo Kamakura comienza con un hecho trascendental, la autoproclamación de Minamoto no Yoritomo como shogun en el año 1192, el cual dio paso al establecimiento de un régimen militar en el que los samurais se convirtieron en los regentes de Japón. El Periodo Kamakura estuvo marcado también por tener su capital en la costera ciudad de Kamakura, de ahí que se tomase su nombre para designar al periodo.

El shogunato como forma de poder, incluso por encima del propio emperador, fue la tónica durante los siguientes 7 siglos, hasta su final a la llegada de la Restauración Meiji. Yoritomo contó además con el beneplácito del emperador, quien le dio potestad para eregir a sus vasallos, sirvientes y protectores. Se había creado un sistema de doble gobierno, por una parte estaba el emperador con su séquito y por otra el shogun con sus vasallos, cada uno de ellos administrador de sus terrenos.

El shogunato de Yorimoto se quedó sin sucesores tras tres generaciones, siendo reemplazados por un heredero de los Fujiwara que había sido criado por la viuda del último Yorimoto, Hōjō Masako. Durante un tiempo, los Hojo gobernaron el sogunato mediante un gobierno de jóvenes manipulables, que eran sustituidos al cumplir los 20 años, meras marionetas del poder en la sombra. Esta situación provocó que, en 1219, el emperador Go-Toba fijó su dedo acusador en los Hojo, acusándoles de proscritos y declarando así la guerra contra los shogun.

Pero tras los dos años que duró la Guerra Jokyu, entre 1219 y 1221, el emperador fue derrotado y obligado a exiliarse. Este hecho afianzó aun más el poder del shogunato y de su gobierno militar, convirtiendo a los samurais en los más importantes representantes de la ley.

En el año 1232, se redacta un documento conocido como Goseibai Shikimoku, un código de leyes establecido por el shogunato que incluía algunos aspectos del código samurai. Sus bases se alejaban del código basado en las ideas de Confucio y que servía como ley a los imperiales. Otra de las consecuencias del régimen fue un considerable aumento de ramas del budismo, menos atentas al ritual y más centradas en los aspectos cotidianos de la vida del campesino y del samurai.

Foto vía:  bartjapanworld

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Categorias: Historia de Japón


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