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Hina Matsuri, el festival de las muñecas

Conocido también como el Festival del Tercer Mes porque se celebra cada día 3 de Marzo, o el Festival de las Muñecas, el Hinamatsuri es una celebración típica de Japón que busca propiciar la felicidad y la prosperidad para las hijas de cada familia. En este día, dedicado exclusivamente a las niñas, es costumbre que se exhiban muñecas en plataformas escalonadas (con entre 5 y 7 plataformas) por supuesto vestidas con sus mejores galas.

La intención de estos altares de juguete es la de crear una representación de la Corte Imperial, concretamente la que gobernó durante el Periodo Heian, y es costumbre también que se conserven dentro de cada familia, pasando de madres a hijas con cada generación. Los personajes más ornamentados son las figuras que representan al Emperador y a la Emperatriz, y en ocasiones se adorna la recreación con aromáticas flores de melocotonero.

Este día, las jóvenes se ponen sus mejores kimonos y van de visita por las casas de sus amistades, además de organizar una comida en la que se disfruta del hinaarare, bolitas dulces de arroz, decoradas en diferentes colores. Según la tradición, el hinaarare sirve para prevenir tanto las enfermedades como la mala fortuna.

Se cree que si las muñecas permanecen expuestas durante demasiado tiempo, la propietaria puede tardar más tiempo de lo normal en encontrar marido o quedar soltera de por vida. Generalmente al día siguiente se recoge el altar, por aquello de que más vale prevenir.

Los orígenes de esta tradición se remontan a China, donde se creía que en el interior de las muñecas se podían encerrar a los malos espíritus, salvaguardando así a su poseedor de entrar en contacto con ellos. El hecho de que pudieras encerrar a un espíritu en un juguete y luego deshacerte de él librándote de la muñeca, era una creencia popular muy arraigada en China.

Con el tiempo la costumbre llegó hasta Japón, tomando como primer nombre «Hina Nagashi», y en un principio se celebraba dejando las muñecas a bordo de un barco que después se dejaba a la deriva en un río. Se creía que así se limpiaban de la mala influencia de las entidades sobrenaturales. Esta tradición continuó celebrándose hasta nuestros días, aunque con algunos cambios en su forma de celebración.

Foto vía: ajiruchan