El emperador Nintoku

Emperador Nintoku

El emperador Nintoku fue, según los registros históricos,  el número 16 en la lista de emperadores del Japón, aunque una gran parte de su vida y acciones se han perdido en las brumas del tiempo. Pese a que se desconocen detalles como la fecha exacta de su nacimiento y fallecimiento, o el tiempo que ejerció como emperador, Nintoku ha pasado a formar parte de los personajes en cuya biografía la leyenda se entrelaza con la realidad, haciéndolo mucho más interesante. Lo más probable es que Nintoku reinase en las islas de Japón entre finales del siglo IV y comienzos del siglo V.

Cuenta la leyenda que Nintoku no deseaba convertirse en emperador, por lo que renunció al trono en favor de su hermano. Como éste último tampoco quería la responsabilidad de gobernar y viendo que Nintoku no le dejaba otra alternativa, decidió quitarse la vida, y de esta manera tan triste llegó Nintoku al trono.

En cierta ocasión el emperador Nintoku subió a lo alto de una torre para contemplar sus dominios, cuando observó con sorpresa que de ninguna de las casas de su imperio salía humo. Entonces supo que esto tenía que deberse a la pobreza de sus gentes, quienes no tenían ni siquiera un poco de arroz para hervir, así que decidió cambiar las tornas.

Al llegar a su palacio ordenó que todas sus riquezas se utilizasen para mejorar la situación del pueblo, y tanto fue así que su palacio quedó prácticamente esquilmado, y lógicamente la emperatriz preguntó a Nintoku el por qué de esta decisión. Nintoku respondió que un emperador debía ser tan rico o tan pobre como lo eran sus súbditos, y que si ellos ahora vivían en mejores condiciones, también podría hacerlo el emperador.

Según la tradición, el enorme mausoleo del emperador Nintoku, con forma de ojo de cerradura, se encuentra en medio de una isla, aunque nadie hasta la fecha ha podido confirmar que sea realmente su lugar de descanso.

Foto vía: fujiarts

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Categorias: Historia de Japón


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